miércoles, noviembre 23, 2005

Ciudad de los Muchachos (colegio de Vallecas)


Visité el otro día su patio, un impulso me llevo de la mano para contemplar su humilde fachada;


Hola caravana de hormigas son mis pensamientos, de esas voces sumergidas, que creo aquel día un terremoto interno: de desiertos de mensajes abiertos, de esperanzas dormidas o sueños, de hambre que alimenta el alma, que por el alma ahora que lo pienso muero, derramando lastres de recuerdos, carcajadas como estacas en mi barriga, de esos juegos de niña mi viejo colegio, abandonado bajo o sobre sus grietas, y también de sus visitantes colores; en mi pupila en verde o naranja canasta y el patio abandonado por una mujer niña.

Luego siempre nuevas historías que vienen, pero vienen ahora mas cautas, se acumulan y desaparecen, y pienso en la soledad en esas compañias, que si son gratas, que si son aburridas o quizá el miedo me vence y me da una sacudida que enamore el alma y me venza la alegría.


He vuelto ha leer el texto de mi antigua escuela, y tengo que decir, que puede que no se entienda muchas de las cosas que describo en el y quisiera hacer mas claras estas ideas;

hola caravana de hormigas son mis pensamientos; me refiero a esos pensamientos que me surgieron de golpe, se me acumularon sin más, en aquél momento.
de esas voces sumergidas; a las voces del pasado.
Terremoto interno de desiertos de mensajes abiertos; lo sugerente que me parecía todo aquello desde su fachada hasta su entrada.
Esperanzas dormidas o sueños; en aquella época era una adolescente que solo soñaba.
carcajadas como estacas en mi barriga;
sentía mis carcajadas de antaño en la barriga, ahora no me rio de la misma manera, quizá soy mas seria o cauta con todo.

domingo, noviembre 20, 2005

Miro en el espejo de mi habitación unos profundos ojos llenos de nostalgia, encendidos de curiosidad, plagado de ideas por descubrir y en eso no puedo dormir, esas noches perdida en mi lecho, vacio y también embriagado de acciones o hechos frustrados.

Miro por mi ventana una de esas luna llenas y cielo plagado de estrellas, invadiendo mi lecho, mi hogar, mis cuatro paredes, en que pensar, que debo hacer con mi vida, mis cosas, tengo claro tan solo una cosa; el tiempo, maldito.

El tiempo perdido, el que no quiero perder, observo una silueta de mujer la mía, que grita, que protesta, insinúa sus pesares su pasado quizá lo que quede de ella.

Ayer me puse ha escribir, la punta de mi lápiz se rompió y no pude seguir, eran las cuatro quizá, pero no recuerdo, ahora retomo el viaje de aquel lápiz, con las teclas del ordenador escribo.

Cosas que se yo que me vienen a la cabeza, pero que son ciertas no sin sentido, llenas de reflexión, es época de cambios lo se así que y debo dejar que pase el tiempo, pero no demasiado por que no quiero dormir despierta.

martes, noviembre 01, 2005

A veces siento hostilidad en el ambiente que me rodea desde antaño o desde un tiempo a esta parte, entre las paredes de mi propio escenario donde se desarrolla mi vida diaria.

Serpientes que me agarran mi pobre cuello noche tras noche (ansiedad), no deja que el aire transcurra feliz por mi garganta, escapa conmigo o escapare sola, una frase que aparece en ocasiones, un rezo en deseos.

Por este camino marcado en discordia anhelante, por la paz de ese mismo escenario y de mi cuerpo en relajación, para que su mente flote por un espacio abierto de discreción y de sabiduría.
Hundo mis pies por tierra firme, como si fuera un sueño que no es,
escapo de las garras de la realidad, pero en tierra firme o en roca de granito experimento mis deseos de realizar mis sueños.

Uno ese dolor intenso, y unos ojos vacíos sin esperanza, atemorizados de rabia, no de indiferencia.