
Rosa ( como frágiles petalos tu voz calmada blasfema)
Hay cosechas de rumores que vuelan y dejan huella que quiebran de dolor al enamorad@, que quiebran mi alma que no es como la tuya, en la desesperación que no puedo entender Rosa.
La desesperación de una amistad rota sin mediar palabras, llamadas sin contestar.
Desesperación de que no sepas dar la cara y contar la verdad.
Hay un hueco que dejaste helado como la expresión de tu cara con lágrimas.
Hay un dolor intenso por creer a tu imaginación.
¡Hay mucha indignación! y ¡Hay mucha humillación!
Sola estas en medio del caos que inventa tu imaginación, poder ser alguién ser el centro de atención, como frágiles petalos de rosa tu voz calmada blasfemas.
De aquel corazón frágil que con intensidad te imaginaron, con una lágrima en tu cara pálida y frágil de amargura, el consuelo de mis palabras y las de él, el olor de aquel incienso que te regalé, de todo ello nada se supo, mas aún no se porqué, sólo ahora unos vagos rumores por tu boca que vierten otras. Oscuros rumores; de desesperación, de dolor, de mujer y dolida, no lo sé.
¿Por qué tus silencios se hacen tan enormes que atraviesa la sin razón de mi capacidad para entender tu daño?. ¿Por qué has humillado a la mano que se te dio con indignación, con rumores que calientan el ambiente y no me deja ya más aliento para entenderte Rosa?. Camina con pasos suaves sobre la tierra firme que no es tu realidad, pero ahora que lo pienso y medito te diré:
Quisistes acariciar sin querer con tus espinas el corazón como una aparente bella flor, pálida y desarraigada de amor, por eso lloraste. Ignoraste a tu propio género entre las mariposas que revolotean como cándida mujer por tu rostro, para desprestigiar a todos los hombres. Arañaste tus sábanas por unos frustrados intentos de conseguir esa mirada enamorada otra vez. Pero hundes de dolor el pecho de otra mujer, yo misma, por los hechizos de unos rumores. Piensa y medita, pero por las culpas de esos encantos como flechas que envenenaron mi ser.
Hay rosas por el camino que no aparto
porque por ese sendero me enfrento
Que en un pañuelo de lágrimas vi florecer
que consolaron mis palabras,
como ahora el sol por mi ventana
susurrando tus silencios en una hermosa mañana,
como lo es tu cara, mas no tu ser.
¡Por mi pañuelo en lágrimas!