
No me preguntes de donde vengo
y hacía donde voy
tampoco me preguntes por mi identidad
ni por mi religión
mira mis ojos
mira mis manos
y mira mi corazón
veras como soy tu hermano.
la noche se viste de blanco
de luto en lentejuelas
Borrachas de dolor Pisan sus tacones un sucio asfalto
por calles mojadas
plena Gran Via
sin estanques, ni lagos, ni plumas de aves,
solo sus bellos plumajes
Nos miramos
Encienden sus velas iluminando
la antorcha encendida de pasión
Prostitutas de noche
nieblas de hombres acechan su alrrededor
por un lujo barato que las roben el corazón
calienta el ambiente aligera la ropa
una fiebre que sube por una boca hasta su boca
no es fuego no es pasión
calienta el ambiente farolillos
que tiemblan de rojo resplandor
un cuerpo desnudo sobre una cama
abriendo las piernas
No cambian los días por noches
ni el puro aire por sudor
ni casas limpias por sucios locales
No hay salida
No estan soñando
Estan amando
por un día de supervivencia feroz
que cualquier noche amor
No, no es placer
sube despacio el calor
por un pecho cubierto
en pleno movimiento
ahoga su espalda
contra la pared traspasando el muro
del placer
Es una madre, una niña, una mujer
su mente ha respetado un beso robado
de la niñez en la mejilla de una niña de extraña palidez
Gritos que reprocha un gesto o mil gestos de mujer
¡Una mujer, ellas somos todas y en cada una de ellas
me miro yo!